¿Serán tal vez la falta de grandes academia, reconocidas y avaladas a nivel mundial?, o tal vez se debe a que ¿el BJJ llego muy tarde a nuestro país y aun gateamos en temas de este no le arte?
A lo largo de mi camino personal en esta popular arte marcial he logrado descubrir problemas que m tal vez sean la respuesta a esta pregunta.
1. Inevitablemente se debe a un problema de idiosincracia. Nuestra rica historia nos ha enseñado a los colombianos a buscar el inmediatismo, toda esa triste herencia narco-mafiosa nos ha dictado que tenerlo todo es fácil y rápido, creando así mediocres seres humanos con la costumbre de solo desear aquello que de resultados inmediatos.
Transportando esta característica al Brazilian Jiu Jitsu, es fácil ver como 6 de cada 10 personas que inician sus entrenamientos, terminan desertando por diversas causas al darse cuenta que esta disciplina marcial es, tal vez una de las que mas tarda en hacer cambios de cintas y niveles. Y es particularmente mas obvia esta "cualidad" de los colombianos, al ver como varios alumnos van pasando de academia en academia, de maestro en maestro, o con la falsa promesa de conseguir resultados mas rápidos que en la academia a la que pertenecía.
2. También hace parte de nuestra escénica latina y colombiana, la tendencia de copiar todo lo que vemos, tenemos la habilidad de olvidar nuestras raíces y pretende os por encima de todo, acoger las costumbres ajenas.
Si bien el BJJ es Colombia, aun no ha terminado de establecerse, en algunos países ya lleva décadas formando gente y cambiando la vida de quienes lo practican. De igual manera, todos esos años de tradición en países foráneos han hecho surgir diversas asperezas y diferencias ideológicas entre una academia y otra, o entre un cinta negra y otro. Así mismo en el país del sagrado corazón es, frecuente encontrar que en cada ciudad, las academias se manejan con total hermetismo y son latentes las diferencias entre las academias y especialmente sus dirigentes.
Teniendo en cuenta que en Colombia el BJJ no tiene mas de 10 años, resulta triste ver como esta copia, resulta mas perjudicial que beneficiosa y mientras nuestro deporte lucha por abrirse paso y buscar un lugar entre el apoyo estatal y la popularidad deportiva, muchos dirigentes y practicantes contribuyen directamente al atraso de nuestra arte.
En países como Ecuador, Argentina y Panama ya han entendido esto, y aunque siguen siendo marcadas las diferencias pedagógicas y de estilo entre las academias, han logrado unir esfuerzos para crear un ambiente sano y productivo para el Jiu Jitsu, permitiendoles hoy ser un referente latino.
En conclusión es deber de todas las personas que amamos El arte suave, llevarlo al lugar que se merece, entender que debemos trabajar juntos para que nuestro deporte crezca, respetar nuestros maestros y academias, conocer nuestros linajes y disfrutar el viaje, por mas largo que sea, abandonar un poco el fanatismo y acoger mas los valores marciales de esfuerzo, disciplina, dedicación y sacrificio.
ES HORA DE QUE TODOS TRABAJEMOS EN PRO DEL JIU JITSU!